lunes, 4 de mayo de 2009

ESTADOS PLURINACIONALES Y CONSTITUYENTE Boaventura de Souza Santos

Intervención magistral realizada en el Encuentro Internacional “Pueblos Indígenas, Estados plurinacionales y derecho al agua”, Quito, 12-14 de marzo de 2008.
En Revista Etnias y Política, Bogotá, junio de 2008.


Ecuador en el momento actual se caracteriza por el hecho de que las fuerzas progresistas asumieron la bandera planteada por el movimiento indígena en la década de los 90 para la elaboración de una nueva constitución que reconozca la diversidad de una manera profunda a través de la plurinacionalidad. Los avances en los últimos veinte años han permitido pasar de la invisibilidad a la visibilidad, de la resistencia a la propuesta, y ahora, de la interculturalidad a la plurinacionalidad. Es importante tener esto en cuenta para analizar el proceso constituyente que se leva a cabo.

La constitución es simplemente un papel que ha sido fuente de frustración durante mucho tiempo. Varios derechos han sido incluidos pero los pueblos continúan siendo excluidos, empobrecidos, invisibilizados y oprimidos. Estamos ante un nuevo tipo de constitucionalismo que implica un proyecto político de país diferente, otra forma de cultura, de convivencia, de territorialidad, de institucionalidad del Estado. Se trata de un período nuevo, interesante pero muy difícil, ya que existen muchos enemigos internos y externos que están muy bien organizados. Lamentablemente, las fuerzas progresistas no se organizan tan bien como sus opositores.

El actual modelo de Estado homogeneizante porque implica una sola Nación, cultura, derecho, ejército y religión. Esta idea de homogenización predomina en la cabeza de las élites, de la cultura y hasta en las fuerzas progresistas que son o pueden ser aliadas de este proceso. De allí la importancia de defender otro tipo de unidad en la diversidad que no sea solamente aceptada sino celebrada. La unidad no tiene porque ser homogénea y tampoco la diversidad tiene que ser desintegración. Estos son los retos que debe enfrentar la nueva constitución para que efectivamente el actual proceso político implique una importante ruptura con el colonialismo que no terminó con las independencias.

Las diversas iniciativas políticas que están emergiendo en el continente solo pueden ser entendidas reconociendo la existencia de un profundo racismo en la sociedad. Por ejemplo, no podemos entender los conflictos en Bolivia sin antes recordar que para sus élites un indio es solo un indio y no conciben que haya llegado a ser presidente, porque según ellos no es competente. Si revisamos la historia recordaremos que en la Colonia creían que los indios no tenían alma. Han tenido que pasar quinientos años para que un indio sea elegido democráticamente.

En Venezuela también existe racismo, basta observar muchas de las críticas lanzadas contra el presidente Hugo Chávez que lo tildan de macaco y de no pertenecer a las elites blancas de la sociedad dominante. De allí la importancia del reconocimiento de la continuidad del colonialismo, y de que en el proceso constitucional, la plurinacionalidad es un acto de poscolonialidad que rompe con las herencias de la Colonia. La independencia fue dada, concebida, conquistada por los descendientes de los colonizadores, no por los pueblos originarios. Es decir, no fue realmente descolonizadora. En África sucedió todo lo contrario, las independencias se dieron por los territorios, por los países a los pueblos originarios con excepción de Sudáfrica que conquisto su independencia a mediados de los años noventa.

Este nuevo tipo de constitucionalismo es importante pero no es exclusivo de América Latina. En el mundo existen varios países como Canadá, Suiza, Bélgica y España que se reconocen como plurinacionales. La plurinacionalidad tiene como objetivo desterrar la profunda herencia colonial. Exige otra concepción del territorio y del manejo de los recursos naturales. Este proceso político significa una nueva visión de país, una refundación del Estado. Bolivia y Ecuador están inventando otro tipo de Estado, uno moderno que amerita nuevas instituciones y nuevos territorios con un marco político diferente que permita pasar del discurso a la práctica de la diversidad.

La plurinacionalidad es un acto fundacional, y todos los actos fundacionales resultan transitorios. Pasar de las viejas estructuras a la construcción de nuevos Estados es un proceso de trancision que no es únicamente político sino cultural, y que puede generar enfrentamientos como los que ocurren en Ecuador y en Bolivia. Son choques sobre la memoria entre aquellos que no pueden olvidar y los que no quieren recordar. Esta confrontación exige otro tipo de memoria.

El nuevo modelo de Estado implica y una nueva institucionalidad, otra territorialidad, pero también otro modelo de desarrollo. De allí la importancia de las concepciones indígenas que están ganando terreno porque van mas allá de las reivindicaciones puramente étnicas. Hoy en día el punto de vista de los pueblos indígenas es importante para todo el continente, pues el actual modelo de desarrollo está destruyendo el medio ambiente, los recursos naturales, y especialmente, contaminando el agua. Los indígenas colombianos suelen decir “el petróleo es la sangre de la tierra, es nuestra sangre, nuestra vitalidad, si nos sacan la sangre nos matan”. Esta concepción, que para los pueblos indígenas resulta natural, esta comenzando a tener mas aceptación. No solamente está en crisis el modelo capitalista de desarrollo, sino la supervivencia de la humanidad si se mantiene el actual modelo de desarrollo.

Este acto refundacional del Estado que se forja en el Ecuador contiene otro modelo de democracia porque el actual es muy excluyente dado que ha marginado a las grandes mayorías de la mesa de las negociaciones y las decisiones. Por tanto, es necesario democratizar la democracia con nuevas formas de participación mas incluyentes que bien pueden ser de origen occidental como la democracia participativa, o de origen comunitario como las formas indígenas. La constitución boliviana por ejemplo, distingue entre democracia representativa, participativa y comunitaria. La democratización de la democracia va acompañada de otro proceso, la ciudadanización de la ciudadanía,es decir, la ampliación de la ciudadanía a formas de ciudadanías interculturales con diferentes maneras de pertenencia.

Existen varias formas de pertenencia y por tanto, de convivencia. La unidad en la diversidad es una nueva solidaridad social que puede tener un impacto muy fuerte en los territorios y recursos naturales. El objetivo de la plurinacionalidad no es solamente la idea del consenso sino del reconocimiento de las diferencias , de otra forma de cooperación nacional con unidad en la diversidad. Es un acto de justicia histórica que no puede ser resuelto como un tema de geometría de las democracias representativa. Los pueblos indígenas constituyen una amenaza contra el proyecto imperialista de las multinacionales, por sus concepciones de territorio, sus cosmovisiones y la propuesta de la plurinacionalidad.

Erróneamente se cree que una Constitución es algo permanente pero no es así. La lucha empieza cuando termina la constitución y no al revés. Los pueblos indígenas reclaman participación en los procesos de decisión no para adueñarse de los recursos naturales sino para develar otro tipo de solidaridad nacional, de reparto de los beneficios, de un manejo distinto que no destruya la tierra o contamine el agua, de una visión para el conjunto de la sociedad y no sólo para ellos. Una concepción que permita vivir bien y que no ponga en riesgo la supervivencia de los pueblos.


En Justa Opinión

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